…y como colofón a este 2012, que ha sido uno a palo limpio, me agarró la rompe huesos. Cierto es que hacía tiempo que me había escapado gracias a toda suerte de mejunges y pociones mágicas habidas y por haber, pero a esta no.
Viéndolo desde la perspectiva de lo lógico, es lo mejor que me puede pasar. Sirve esta rompe huesos, pues, para limpiar el sistema y botar todas las toxinas acumuladas. Se me antoja agregar -igual soy muy antojado- que me libero de todo lo que he acumulado este año que al fin y al cabo deja residuos de los que debemos desprendernos.
No pretendo hacer un análisis personal ni mucho menos del 2012. Quizá más tarde, quizá no. Pero de que estuvo del carajo, estuvo. Este paisito nuestro ha sido testigo de sucesos y ocurrencias dignas de Felini. Se nos retó la cordura y, también, la compostura.
Así, pues, acepto esta rompe hueso y la dejo que viva conmigo no más de 72 horas. Y que con ella se vaya todo lo malo, que me sirva de renovación y me insufle de esperanza y positivismo, porque los abastos de ambas están picando en cero.
Nos leemos luego.